El 14 de febrero, mientras muchos celebraban el amor con flores y chocolates, en el Hospital Infantil Dr. Arturo Grullón decidimos regalar algo aún más valioso: esperanza. La sala de donaciones se llenó de globos rojos y blancos, pero lo que realmente iluminó el ambiente fueron las sonrisas de quienes, con un acto de amor desinteresado, ofrecieron una oportunidad de vida.

No era un día cualquiera. Al día siguiente, el mundo conmemoraría el Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer Infantil, y cada gota de sangre donada se convertiría en una chispa de esperanza para un niño que libra la batalla de su vida.

Ese San Valentín, en el Hospital Infantil Dr. Arturo Grullón, el amor trascendió los regalos materiales y tomó su forma más pura: la entrega, la solidaridad, la vida misma. Porque,